La Princesa Yasevé

Blog Literario, desde el rincón de los olvidos

viernes, 7 de abril de 2017

¿Continuará?

¿Continuará?

Blog litarario, reflexión, relato
¿Continuará?, relato, reflexión.
Siempre quise acompañarte, en este camino que se inició en una tarde de otoño. Quise y quiero seguir en ese empeño, que sin ninguna pretensión, nació desde la palabra escrita. Palabras que nos envolvieron en la armonía de noches frías de invierno y, la ausencia de días de niebla cansina.
Aquí estoy, escribiendo al papel blanco que se confunde en el espacio sideral, sin saber bien, si todo lo que se acumula en mi alma, vencerá las ondas cibernéticas y se aposentará en tu cabeza. Si lo que mi piel exhala por tus caricias caerá en la papelera de reciclaje, o tal vez se refugie, en tus manos. O quizás, el insomnio que envuelve mis sueños por convecerme, que eres una realidad nunca imposible de alcanzar, se acerca a tu oído, murmurando, “te espero”
El desasosiego de cada mañana, abrir el correo, a la búsqueda de una sola letra que me una más a ti. Encontrarla como el buscador de oro, una mínima pepita que encienda la llama de las ilusiones, para continuar rebuscando entre las piedras de un río de aguas turbulentas. Pues, más tormentas no pueden existir entre tú y yo. Idas y venidas que se disculpan en malentendidos, la mayoría de ocasiones, ajenos a nosotros. Idas que castigan mi conciencia, en el análisis de cada momento compartido, entre pausas inconexas entre el primer y último minuto, donde divagamos cada uno, en un mundo separado por otras vidas. Venidas que se cruzan con besos dibujados en labios rojo pasión, emoticonos que circunscriben emociones renacidas en un mensaje.
Así es cada día, desde esa tarde de otoño, que decidimos saltarnos las normas de protocolo, impuestas por el convencionalismo de una sociedad que moldea al hombre a la imagen del cordero que se dirige al matadero. Entre ganzúas y cuchillos degüellan los sentimientos a base de moralidad impuesta por quiénes se la pasan por el forro. Y es que las normas tienen excepciones para ser incumplidas. Tú, entre acentos extraños y el sol del mediodía,  y yo, en la colmena de abejas, prisionera de mi misma y la niebla de esta tierra que abraza mis huesos con la humedad de sus días. Resolvimos el desacato a esas leyes, falso testimonio de la realidad.
Más palabras, más sentimientos fueron creciendo en el invierno frío de mis tardes y el tropical sol de tus mañanas, agrandando los “te quiero”, con el cruce de nuestras voces, refugio del dulce del amor.
Muchos amaneceres se escriben entre tus líneas, mientras mis ojos se cubren de la tristeza por tu ausencia. Viviendo en el escenario de un teatro donde la risa da paso al llanto en la inmediatez de un clic. Las máscaras de nuestro carnaval, se obviaron, en el instante en que te cedí mi corazón para que deshicieras los nudos que las venas del pasado formaron, taponando el latido de mi vida. Y ahora, maquillas tu sonrisa, para evitarme de una realidad que mi alma presiente como cierta, envolviendo en celofán las excusas que construyes, sin más inmunidad que la certeza de lo imposible de es esta situación.
¡Cómo daría todos los pasos que me quedan por caminar! por acercarme a tu rostro y traducir en besos, lo que tu alma respira en cada inhalación e interpretar en caricias los suspiros, surgidos de mis adentros. Y ¡cuánto dolor, siente mi corazón! por saberte perdido, ya, lejos de mis mensajes.
No quiero abrir más puertas a todas esas palabras que se clavan en mis tripas, abriéndome en canal y,  por donde la sangre se escapa a borbotones, sin más torniquete, que el recuerdo de tus deseos.
Tal vez, sea el momento de escribir el FIN a tanta hambre de amor, o un CONTINUARÁ  a una segunda oportunidad.
¿Continuará? relato, reflexión
¿Continuará? relato, reflexión

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