La mala lengua de Fernando Folla Méndez
Te perdí en una noche de noviembre
Sin saborear el final de tus labios.
Desapareciste y aún llovía,
Me quedé mirando por la ventana.
Todo cambio. No dormía nadie en la cama,
No había músicos,
ya no bailaba.
Llorar no acaba en la lágrima
ni morir tampoco.
Fue tu mirada la que desdibujó mi cara.
No quise más…
Nunca me había sentido así
vacío de amor, lleno de rabia.
Deseaba una carta en la mesilla…
Espere hasta romper el alba.
Se consumió en el sinsabor de tu boca.
En ese frío labio donde murieron solas
la noche y el alma.
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