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El Duende Negro, novela negra, suspense, intriga
“Después Dios dijo: «Que la tierra produzca seres vivientes de todo tipo:
    animales domésticos y silvestres
    y los que se arrastran por el suelo».
Y así sucedió.
25 Dios hizo toda clase de animales:
    animales domésticos y silvestres
    y los que se arrastran por el suelo.
Y Dios vio que estaba muy bien
    esto que había hecho.
26 Luego Dios dijo: «Ahora hagamos al ser humano
    a nuestra imagen y semejanza.
Tendrá poder sobre los peces del mar,
    sobre las aves del cielo y en toda la tierra.
Reinará sobre los animales terrestres,
    y sobre todos los que se arrastran por el suelo».
27 Así que Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza,
    creó al varón y a la mujer.
28 Y los bendijo diciendo:
«Tengan muchos hijos para así poblar el mundo
    y ejercer control sobre él:
sean jefes de los peces del mar, de las aves del cielo
    y de toda criatura que se arrastra por el suelo»”.
Génesis 1
Reflexionando sobre el origen del hombre, siempre hemos tenido la necesidad, ya sea por no cuestionar a la Naturaleza, ya sea, por ignorancia, o quizás por asirnos a lo inexplicable de asignar la existencia de la Tierra y, por ende, a la Humanidad a un ser superior en inteligencia y capacidades cognitivas a nosotros mismos. Para la cultura judaico-cristiana es Dios, ese ente superior que nos creó a su imagen y semejanza. Y como la mente es, un Universo aún inexpugnable en mucha de su geografía sobre nuestro comportamiento, muchos “humanos” han intentado emular a Dios, y/o han justificado su conducta en su nombre. En nombre de Dios se han hecho guerras, se han exterminado pueblos, y se mata cada día. Pero, ¿quién es Dios?, quizás aquello que queremos imaginar o un “ser” de otro mundo.
“Ese Dios del que se habla no es una persona como la gente cree”.
El Duende Negro es una novela negra que hurga más allá de la sangre de sus muertos. Transciende la forma de matar para pasearnos por la mente de un ¿psicópata? Y es que todo lo que se mueve en el mundo no depende sólo de la voluntad de uno mismo, sino, también de la voluntad de quién tiene el poder de manipular y hacer uso de la información para, sin mancharse las manos de sangre, matar.
En el hospital psiquiátrico, Jacinto Benavente, se han producido unas muertes extrañas, aparentemente archivadas como meros accidentes de la vida misma. Pero, para la enfermera Angie, le resulta sospechoso tanta coincidencia de tres muertes en tan poco tiempo. Angie, cuya vocación de proteger a sus pacientes, lo lleva en la sangre, decide pedir ayuda a su amigo psicólogo Daniel Sánchez. Le explica lo que está sucediendo, pero más le inquieta un personaje que por sus reflexiones y pensamientos, tiene alterado a todos los pacientes de la planta tercera.
“Después de un instante Angie dejó de volar con su imaginación. Cayó de la nube y aterrizó en el suelo. “Santo dios. Tenía que haberlo grabado. Una persona responsable como yo no puede permitir que semejante individuo esté en esta planta poniendo en peligro a todas las personas que le rodean”,
Dicho personaje, es Carlos Félix, un reputado psicólogo que después de sufrir una agresión física, cayó en depresión. Carlos está obsesionado con la Biblia y “libros de civilizaciones alienígenas, el de Darwin de la evolución de las especies y algunos estudios sacados de Internet sobre experimentos científicos basados en clonaciones”. Cada noche reúne a un grupo de pacientes que escuchan como, éste les lee pasajes de la Biblia y su particular interpretación sobre ello. Realmente consigue lo que persigue, que los pacientes le tengan como una autoridad de referencia, el hacedor de la voluntad de cada uno de ellos.
Una planta psiquiátrica con pacientes de diferentes perfiles y diversos trastornos, aunque destaca el trastorno dependiente de la personalidad (adhesión, sumisión y temor de ser separados de otros), la psicosis (pérdida de contacto con la realidad por delirios y alucinaciones como la esquizofrenia), la depresión y el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo). Así por la planta del hospital Jacinto Benavente transitan personajes como Rafa, Fermín, Berto, Sara, Alberto, Alfonso y Carlos Manto; cada uno de ellos con sus peculiaridades y trastornos, pero todos ellos doblegados a la voluntad de Carlos Félix.
Las muertes iniciales no quedan así, y a modo de símil de la frase bíblica “SIETE DÍAS PARA CREARLO, SIETE PARA DESTRUIRLO” se van acumulando en forma de suicidio o muerte accidental de algunos, mientras Daniel, haciéndose pasar por paciente, intenta descubrir que oculta, Carlos Félix. Paralalemente, Jorge Ramírez detective privado y antiguo inspector de policía, investigará las amenazas que recibe de El Duende Negro, un personaje que permanece oculto hasta el final, y qué está vinculado de alguna forma con Carlos Félix.
Aunque parezca una historia rocambolesca, el autor la conduce con mucha lógica, bien argumentada, giros inesperados que se reconducen en fundamentos como la distorsión de la realidad o el pasado de los personajes. Personajes que giran en torno a un aparente protagonista, Carlos Félix, cuya inteligencia, egocentrismo, soberbia, arrogancia y capacidad de manipular, le hace acreedor de ello, pero en realidad, es un personaje más que sin ser consciente de su papel también se rinde a la voluntad de “alguien” superior a él. Con mayor capacidad disuasoria. Es El Duende Negro cuya identidad no se desvela hasta el final del libro, pero que, a lo largo del desarrollo de la historia, tan solo, aparece en un segundo plano, más como una sombra que pulula en ella; el protagonista principal, alrededor de él orbitan los demás personajes en importancia según el rol que desempeñan. Una mente maquiavélica, manipuladora, cuyo objetivo tiene bien definido, desde la venganza como la limpieza social.  Orbitando la comprometida Angie, el curioso Daniel , Antonio el jefe de policía, irónico y burocrático, el director del hospital e incluso Lucas, el celador tan ingenuo como los demás.
Y es que nadie es quién decir ser, ni nada es lo que parece, el autor juega con ello, para describirnos la rutina hospitalaria, la demencia de algunos pacientes la angustia de estar atrapados en la enfermedad; incluso morir en la búsqueda de una realidad recreada en la mente. Todo ello con una narrativa profunda, a momentos con un lenguaje sobre todo en boca de Carlos Félix, culto, utiliza palabras fuera de lo común como “cigüémbridos”. Sus alegatos y reflexiones sobre la especie superior, a momentos recuerda las tesis adoptadas por la ultraderecha fascista; incluso su actitud misógina y machista crea en el lector una antipatía y un desagrado hacía el personaje que no coincide con la opinión que proyecta respecto al resto de los personajes. Y aunque está narrado en tercera persona, la abundancia de diálogos engancha al lector en una historia compleja donde se pone sobre la mesa temas tan espinosos como las enfermedades mentales.
“Tenemos la tendencia de etiquetar como demente a toda persona que tiene una visión distinta a la de los demás. Y esa tendencia es bajo mi opinión el mayor cáncer que tiene la sociedad. No podemos decir que una persona tiene un problema mental porque piense de manera distinta. Una enfermedad mental se produce cuando hay un desequilibrio neuronal, es decir, cuando en el pensamiento de una persona existe una deficiencia. Pero no podemos considerar enfermedad mental el libre pensamiento y la libre interpretación.”
Una novela negra que cuestiona el origen de la humanidad, un experimento científico que nace en la mente de un demente, y cuyas consecuencias conduce a la muerte de todos aquellos que son considerados deshechos de la sociedad. Un viaje a la enfermedad mental, quizás sin profundizar lo que personalmente hubiera deseado, pero lo suficiente para ambientar, ubicar e implicar al lector en lo que vive una mente enferma. Una historia con un final que no se entrevé en ningún momento y, te deja inesperadamente sorprendido queriendo saber más. Referencias constantes a la película 2001, la odisea del espacio y a teorías sobre la clonación.
Personalmente me enganchó desde la primera línea, pues Corch sabe muy bien de lo que nos relata, la intriga y el suspense te impide dejar de leer. Espero que pronto este libro pueda ver la luz, ya sea en formato papel o digital.
…“Quedaron, pues, acabados los cielos y la tierra,
y todo el ornato de ellos.
Y contempló Dios al séptimo día
la obra que había hecho,
y el día séptimo reposó
de todas las obras que había acabado.
Y bendijo al séptimo día, y lo santificó”
DIA SEPTIMO