La Princesa Yasevé

Blog Literario, desde el rincón de los olvidos

domingo, 29 de enero de 2017

PSH Recuento personas sin hogar

PSH ( Recuento Personas Sin Hogar) de África Sánchez.

Vuelo de poemas, versos
PSH ( Recuento Personas Sin Hogar), poema.
Me he mordido la lengua 
tantas veces…
tantas, como congeladas
se quedaban mis lágrimas 
conteniendo muchas más 
el huracán de mis entrañas.
De sus ojos he querido 
grabar en mí su mirada,
sorber la angustia en su aliento,
ser calor en su tienda de campaña
metiéndome entre sus mantas,
o llevarles a mi casa.
He sido cobarde 
pues vivo en la cobardía 
acomodada,
me he limitado a preguntarles
según las instrucciones dadas,
nombres,
procedencia,
circunstancias,
en un abrazo frustrado 
sólo, he dado las gracias.
Sus manos con grietas 
su espalda mojada
con dolores acuñados
de fechas pasadas,
cuños de ” reserva extra”
susceptibles de ser explotadas,
impotencia en mis palabras,
sequedad en mi garganta,
mi silencio un asesino
confeso con culpa vana.
No hay albergue que prefieran
a la libertad robada
de calles olvidadas,
el suelo es de todos
– dicen- y la noche ampara,
si a veces nos llueve dentro,
no consigue la humedad
pudrirnos las ganas,
en estos apetitos
la dignidad manda.
No tengo respuesta
alguna,
del silencio, el dolor me ha hecho esclava,
sólo escribo y apunto
nombres,
procedencia,
circunstancias,
y un dolor libertario
mordiéndome las entrañas.

La búsqueda

Reseña: LA BÚSQUEDA de Blanca Miosi

Blog literario, reseñas
La Búsqueda, novela histórica
“Lo que ha sucedido es un aviso. Olvidarlo es un delito. Fue posible que todo eso sucediera y sigue siendo posible que en cualquier momento vuelva a suceder.”
Karl Theodor Jaspers (1883-1969). Psiquiatra y filósofo alemán.
“Pienso que la historia es repetitiva porque los hombres tenemos mala memoria. Los muertos no hablan. Los supervivientes olvidan, callan como lo hice yo durante tanto tiempo…”
Waldek Grodek, La Búqueda
¿Cómo empezar esta reseña, cuándo mis emociones están saltando y confusas, entre el dolor de esta historia, y la alegría de descubrir a una gran escritora?
Sí, así me encuentro, y por lo tanto no va a ser una reseña al uso, más aún cuando, precisamente, hoy se cumplen el 72 aniversario de la liberación por parte del ejército soviético del campo de concentración nazi de Auschwitz, cosas del destino, pues en principio no empecé a leer este libro de Blanca Miosi, pero sentí su grito de “léeme por favor”. Así lo hice, he de decir que la novela histórica, y en concreto, la Segunda Guerra Mundial junto a la Edad Medía, son mis lecturas predilectas, como lectora ávida. Sumado a mis recuerdos infantiles, cuando conversaba con mi abuelo y me explicaba todo lo sufrido durante la Guerra Civil.
Quisiera que esta reseña fuese un pequeñísimo homenaje por todos los que sufrieron y sufren la maldad y barbarie humana, justificada en limpiezas étnicas, fundamentalismos religiosos, fanatismos y el ansia de poder de unos pocos.
Por Henry Waldek Jaszczuk y los supervivientes a tanta violencia.
A forma de diario, Blanca Miosi nos introduce en la historia  de Waldek Grodek, cuando ya en su vejez se desplaza a Ginebra a la Oficina de Repatriación y Refugiados de las Naciones Unidas, para poder cobrar la indemnización como víctima de los nazis. Y en un banco de un parque los recuerdos se agolpan en él “mi mente se inundó del pasado que creía sepultados para siempre en el olvido”.
De esta manera Waldek empieza a evocar su infancia en Varsovia, junto a su familia, su madre Doña Sofía, su hermana Cristina y su padre. Una familia acomodada sin más temor que disfrutar de la vida. En su infancia, Waldek, formará parte de los Scouts, sus entrenamientos les serviría para solucionar más de una situación peligrosa. Cuando el ejército alemán toma Polonia, Waldek y su familia sufren los primeros golpes de la guerra bajo el subsuelo de Varsovia, refugiándose de los bombardeos nazis. Un hecho marcará el principio a toda la crueldad que en los años posteriores se desatará, y que se grabará en la memoria de nuestro protagonista, y que estremecerá al lector: “Aun tengo nítidos en la memoria los ojos de mi querida Aza. Fueron las primeras lágrimas que vertí en esa maldita guerra”.
A partir de este hecho, el desquicio y los desmanes del ejército alemán provocarán en nuestro Waldek, adolescente, el nacimiento de un “patriotismo”, ante la humillación sufrida en “propias carnes” de los invasores y opresores. De esta manera formará parte de la Resistencia polaca, contra los nazis, y sus actos le llevará a caer prisionero.
Tras su detención y tortura inicial donde pudo contemplar por primera vez de cerca, la muerte y su olor, la “hediondez” de la celda, los chinches, y como ante tanto sufrimiento, el hombre, se vuelve “inmune” por pura supervivencia. El viaje a Auschwitz-Birkenau, vagones repletos de prisioneros luchando por un suspiro de aire, la indignidad de saberse examinado hasta el último hueco del cuerpo, el ser marcado de por vida como una res, un número define quien eres, tan solo eso, el 156642, sin nombre ni esencia de persona. El maltrato físico, pero también mental, lemas marcados a sangre: “El trabajo os hará libres”, el castigo, el frío, el miedo como “el plomo”, el hambre, el humo de las chimeneas, el hedor de la miseria, la muerte en toda la extensión de la palabra, la degradación del hombre hasta el extremo de “ser un animal”:
“Empezamos a comportarnos como animales desesperados por sobrevivir, insensibles al dolor ajeno…”
Eso y más fue el nazismo, sadismo.
Walked, sobrevive ante tanta perversión humana, y a pesar de ello, encuentra en momentos cruciales de su paso por Mathausen-Gusen, la bondad, la amistad, la gratitud y un halo de esperanza, en compañeros prisioneros, en algún que otro oficial nazi, en los campesinos, y en aquella prostituta que se convirtió en “ángel” para él. Mas en él, esos años significaron la pérdida de sentimientos :
“Había perdido casi completamente la capacidad de tener sentimientos”
La liberación por los aliados, el ingreso en el ejército americano, sus heridas de guerra, convirtieron a Waldek en un hombre con la necesidad de reencontrarse con su familia, volver a Varsovia, encontrar aquel niño olvidado, apasionado por la música, los primeros amores, los viejos amigos.
Supo salir adelante en la Varsovia en ruinas, reunirse con su familia, pero ante la amenaza comunista, Polonia bajo el dominio de Stalin, despierta en nuestro protagonista la necesidad de “libertad”. Consigue pasar a la Alemania libre, buenos tiempos, que le enseñaron a saber gestionar una empresa, tiempos de calma donde todo el mundo estaba dispuesto a ayudar para superar los efectos devastadores de la guerra, “la posguerra unió a la gente”, y de aprendizaje. Pero Waldek, necesitaba más, apagar las preguntas de su interior, conocer mundo y a sí mismo.
Así se embarca hacía Perú, donde una parte de la familia le espera, marcha con la ingenuidad de encontrar un paraíso de “palmeras y mujeres”. Más allá de la realidad, tropezará con las intrigas familiares, la trampa y las “rejas” de un matrimonio no deseado. Fortuna e infortunio en los negocios, enfermedades, personajes que aparecerán por alguna razón, cosas del destino, para tenderles su mano. Mujeres que dejarán la huella del amor, la comodidad y el afecto, el odio y la rabia, el sexo… Y siempre huyendo de “sentirse prisionero” ante alguien o ante las circunstancias. Poniéndose al límite de todo, pero siempre, agudizando el ingenio para salir adelante ante la necesidad. Hasta, que otra vez el destino enseña sus cartas, “porque en este mundo nada ocurre sin motivo”, y el farol de caer en las redes de su hasta entonces su “enemigo”. Nadie es quien parece, ni Helga, la mujer con la que compartió una buena parte de su vida, ni Franz Keller, su jefe durante años, tiempos de bienestar en todos los aspectos de la vida. El trabajo motivador, una mujer cautivadora aun no amándola, un país, Perú que le ofrece todo lo que desea.
Nada es eterno, y en esa etapa de su vida, Waldek no se plantea ni se pregunta nada, tan solo vive y fluye con los tiempos. Pero como todo en la vida del protagonista, de la noche a la mañana, todo cambia, se esfuma, y él debe decidir huir de su destino o aceptar lo que deba venir. Decisiones que a pesar de crearle dilemas morales y de conciencia, él como superviviente de una guerra y de la muerte, accede a adaptarse a los acontecimientos, aceptando lo que tuviese que venir. Y ante momentos de “demencia”, la suerte toca a su puerta, ofreciéndole nuevas oportunidades. Nuevos países, nuevos proyectos.
Y el tiempo que irremediablemente pasa, anciano, pero siempre a la expectativa, reinventándose, superando las desgracias, dejando el odio en el olvido, sin rencor, pues como dice “he vivido demasiadas experiencias para creer que la vida es un juego de buenos y malos”. La venganza no se aloja en él, ya que la vida es un sinsentido donde reside la maldad en los hombres y no puede ser una manifestación de la justicia, pues eterniza la violencia. El perdón es necesario.
 Waldek fue un hombre hecho a golpe de desgracia, y a la vez de fortaleza mental, el equilibrio entre la mente y las circunstancias. Un hombre tocado por la suerte, o quizás, en mi modesta opinión, todos tenemos un ángel que nos protege, así fue para Waldek, siempre tenía un “ángel protector” en su vida. La serenidad y la templanza de su carácter, le ofrecieron la oportunidad, una y más veces de seguir con vida. Testigo de los últimos 60 años de la Historia de Europa y de América, y sobretodo “timonel” de su destino.
Blanca Miosi con una prosa sutil y delicada, elegante, sin necesidad de hacer más sangre en palabras de lo que la barbarie del hombre consiguió y consigue. Deja al lector, la imaginación ante lo macabro. Describe magistralmente los escenarios, el idioma materno de Waldek, los modismos locales. Pero no sólo ello, acompaña a Waldek, con respeto, dejando que hable y relate el hombre, con su educación exquisita, además nos hace un recorrido por los avatares y, convulsiones sociales y políticas de Europa y Latinoamérica, en concreto Perú y Venezuela. El genocidio nazi, el comunismo y su caída, las dictaduras, el chavismo, el terrorismo islámico; todo ello en un libro que hasta el final, te da golpes en las emociones.
 Para enamorarte de Waldek, el aprendiz de la vida, el buscador de respuestas y utopías, el maestro de todos. Nunca fue esclavo de nadie, su libertad residía en él mismo. Y consiguió la Felicidad.
Realmente me he quedado fascinada por este libro, no es uno más sobre los nazis. Es la historia de un hombre, su lucha por sobrevivir, y sobretodo de ser libre en hechos y pensamiento. Puedo decir, ante mi ignorancia, el motivo que le llevó a Blanca Miosi a escribirlo, y hasta que no llegué a las notas del autor, y lo descubrí, entendí, el bello acto de amor de Blanca. Me quito el sombrero, ni juzgas ni prejuzgas. Y eso es difícil para mucho de nosotros. Por otro lado, he descubierto a una gran escritora, y entiendo, porque es bestseller con sus libros. Mea culpa, de no haberlo hecho antes. Al final, es cierto de que los lectores son los que valoran la calidad de una obra.
Un libro muy recomendable para todos, y en especial, para los amantes de la novela histórica.
 “ Viví todo lo que pude, siempre”
Blog literario, reseñas
Henry Waldek y Blanca Miosi, escritora

Enlaces:

Amazon La Búsqueda

miércoles, 25 de enero de 2017

Almas literarias


La madrugada

La madrugada

Blog literatura, relato
La madrugada, reflexión, relato, sentimientos, amor
El cansancio se adueña de mí en estos días de invierno, cuando el frío se apodera de mi cuerpo. Es curioso, cómo siento su presencia tan cerca, me embelesa con rosas heladas y negras, regalándome un día de complicidad, creciendo su sombra en mi figura y con sus susurros: “no te abandonaré, amada mía”. Así es mi relación con este invierno que me abre las puertas a sus sensaciones, arreciando en mí, pero a la vez, cubriéndome de nuevas oportunidades. El día avanza con sus idas y venidas, sus carreras, sus demandas, días de prisas, de urgencias por subsanar, más que de disfrutar. Y cuando la noche cae, se acerca y me ronda, aflora en mí la fatiga de tanto correr, el desaliento de corresponder, el hastío de no poder contemplar la vida más allá de cinco minutos. Me vence, el sueño, ni siquiera puedo imaginarte por segundos, y los ojos se achican rendidos a su deseo.
Entre las sábanas y el nórdico de plumas, ligero como ave, el frío me abraza, me besa, me acaricia, somos dos amantes en desespero, y vencidos por tanta embestida, nos sumimos en un sueño intranquilo, desquiciado por estos días de correcuitas, arañando los minutos de la noche, como los gatos que trepan tejados donde se ocultan las pesadillas de tantos secretos ocultos al día. Y sigo en el mismo lugar de cada noche, en mi huequecito de esta cama acabada de estrenar, aún no guarda recuerdos de amantes furtivos ni fugitivos; este colchón ya vela en su memoria mi peso, mi altura y mis desvelos. Así avanza la noche, en silencio, ahogado por los gritos de esta pena que se recrea en mis sueños, perdiéndome en la impaciencia. Dos horas de cierre al mundo, la tienda de mi vida colgó el cartel de closed, mas el tintineo constante de clientes indeseados, aquellos que buscan algo de mi tristeza, o aquellos otros que preguntan sin comprar, por mi presencia en este mundo, advirtiéndome por mi falta de confianza, o simplemente, recordándome un pasado relegado al olvido; impiden que mi merecido descanso culmine en el placer de las horas muertas.
Me despierto, tres de la mañana, la sed en mi boca demanda beber para saciar tanta inquietud, tanta pesadumbre. No me atrevo a poner mi pie derecho en el suelo, sin antes comprobar, si dejaste tu mensaje de cada noche, o quizás con mucha suerte, encontrarte por el mundo virtual respondiendo a aquellos que necesitan de ti. ¡No tengo suerte!, no es el momento de reencontrarnos, para sellar en un solo “Te Amo” esto que empieza a vivir en mí, en ti.
Al final, mis labios me suplican de líquido para tanta aridez, es que a veces olvido empaparlos de cariño, resulto un tanto adusta, herencia de familia. Así que con mi pie derecho marcando el paso, pues el izquierdo no confía demasiado en mantenerme en equilibrio, me acerco a la cocina, y allí me espera mi bebida preferida, reclamándome más y más. De un trago vacío la lata, de la misma manera que me bebo la vida, a sorbos largos e intensos, dañando en ocasiones mi tráquea ante tanto desaliento, rozando el ahogo por tanto que callo. Me asfixia, y la tos de la lucidez me devuelve a la cocina y a mi nevera. Dejo la lata hundida y desangelada en el cubo de basura, igual que la alegría del día soleado amenazado por los nubarrones de una fiera tormenta, igual que mi regocijo de saberte y no tenerte, apagado por un océano de kilómetros insalvables a nado.
Vuelvo a mi habitación, no sin antes pasearme por el salón, buscando a tientas el termostato de la calefacción y, es que mi amante, el frío me sigue besando largo y húmedo, agrio como la leche caducada, un sinsabor que mata mis ganas de tanto amor. Deseo su huida, y necesito el calor para serle infiel. Regreso a mi cama, con la piel erizada, presiento tu presencia, te noto, te huelo como la hembra en celo. Enciendo mi móvil, en desespero agónica de perderte, intento abrir aplicaciones, siguiendo tu rastro, y por fin, te descubro, ahí estás con tus cariños acariciando mi cara, y abandonada a tus palabras, cierro los ojos para imaginar que me pierdo en tus brazos fuertes y tensos, besando tus ojos de gato, palpando cada poro de tu piel tostada por el trópico, y rozar tus labios sonrientes siempre, y carnosos de tanto vivido.
Pasan los minutos en un suspiro, tecleando letras de deseo, escribiendo expectativas, proyectos de vida, emoticonos de corazones para reafirmar nuestro compromiso, fotografías de momentos, sabiendo más el uno del otro, de su día. Olvidando mi dolor que aguijonea mis horas.
Transcurre una hora, y seguimos ahí, mirando la cara de la Luna, tú allí y yo aquí, en mi invierno florido por una primavera anticipada. Sin darme cuenta, el frío se retiró, buscando refugio entre las sábanas, corneado por nuestra lealtad.
Nos despedimos, tu nana hizo efecto en mi pensamiento, hipnotizando mis sentidos, besos, corazones y más besos. Para concluir en nuestra promesa, aquella que nació sin pretenderla, como nuestro amor, un choque de sentimientos encontrados que por arte de magia surgió de una chistera de conejo, para ilusionarnos de nuevo. Nos enredamos ante la multitud ajena, a nosotros, por que no la necesitamos para quemar tantas ganas. Pues, nos escuece su ingratitud, que sabemos lamer con nuestras lenguas ávidas de besos.
Y cierro tu imagen, encerrada en este móvil que me da una vida de esperanza, más allá de lo imposible, sin parar a pensar en el nuevo día que despunta en realidad.
Olvidado el frío por un instante, acecha de nuevo, respirando al unísono conmigo. Y como el ilusionista sacando la carta de su manga, le engaño con el calor de tus manos prendidas en mi mente.
Volveré a esperar la madrugada para coger tu mano.
Blog literario, relatos
La madrugada, reflexión, sentimientos, amor

Funambulista

Funambulista

Poema, versos
Funambulista, poema
Tensamos tanto la cuerda floja
que mis desequilibrios 
eran pasos 
zigzagueantes en tu cuerpo.
Resultado de imagen de grecas
Estiramos:
tú al Norte,
yo al Sur,
enredando al Oeste
los desencuentros
que la cama no pudo
solucionar.
Resultado de imagen de grecas
Aflojas una pizca
para que mi caída
no duela tanto,
sin pasar del suelo,
pues el infierno
está en tus ojos
donde habitan los celos
y los desesperos.
Resultado de imagen de grecas
Mas aguanto en el filo
de tu navaja,
cortando los delirios
de quien no supo
dar cuerda a la funambulista
del Amor.
Resultado de imagen de grecas
Y en equilibrio camino
al final de tu camino

Sin más

Sin más

Vuelo de poemas, poesía, versos
Sin más, poema, versos, desamor
Sin más,
tus palabras de buenos deseos.
Y yo sólo quiero tus besos.
Aquellos que surgieron
sin más.
Dos bocas en armonía,
para saciar puro deseo.
Y del frenesí de tu veneno
inoculado,
sin más,
mi amor.
Ahora yo, envenenada,,
y tú el ave fénix
surcando nuevos horizontes.
Sin más,
mi amor
me miente,
rasgando mi piel
en ilusiones vanas.
Estrujando mi razón
en la sinrazón
de tu ausencia.
Sin más,
divago entre la tristeza
y la lágrima
recogida en un vaso
rebosando
desamor.
Vuelo de poemas, poesía, versos
Sin más, poema, versos

viernes, 20 de enero de 2017

Vuelo de poemas

VUELO DE POEMAS

Vuelo de poemas, poesia, versos
Vuelo de poemas, princesas y dragón.

De tanto en tanto las personas o, al menos algunas, precisan una catarsis personal para quemar el pasado y revivir en el futuro. Seguramente me encuentro en esta etapa vital, donde la contemplación de mi interior, la observación del exterior y la conjunción de ambos, necesita de un nuevo vocabulario, requiere de nuevas imágenes artísticas donde recrearse mi mente. Así mi reencuentro con la poesía, olvidada en años, avatares de este mundo.
Desde mi mundo virtual he conocido a otros que como yo, disuelven sus efluvios mentales en versar el amor, el desamor, las cosas cotidianas, la sensualidad…Compañeros de viaje que ofrecen su mano para arrastrarte al poder de la palabra y la música de las letras.
Creando versos clásicos sonetos de amor, enamorados que dejan fluir su pasión, su lealtad y confianza, cadencias de melodía conversando los cuerpos. Versos libres para loar el dolor del desamor agitando la armonía del tango en el despecho de los amantes. Versos blancos con acordes sugestivos, ritmos de cada día seduciendo las horas en rimas musicales.
Mi alma pide a gritos poesía donde ahogar penas, cantar alegrías, respirar amor y matar el desamor. Senda que inicio acompañada por mis amigos África y Joan amantes de las palabras y versadores de cada día, compañeros fieles a la música y a los acordes de la poesía. Con ellos iniciamos este nuevo proyecto para derramar el alma y brotar letras. Un espacio abierto a aquellos que tengan la necesidad y las ganas de acompañarnos.
Seremos princesas, África y la presente con un dragón Joan  cuyo fuego surge de la imaginación y no del dolor, entonando nuestros poemas, alabando a los clásicos o convidando a amigos para ensalzar en perfecta armonía cantos de sirenas.
Este proyecto será un Vuelo de poemas invitándote a momentos de Paz, Amor, también de Desamor, pero con anhelos de que sientas fluir la belleza de la poesía, pues es la Vida.
África y Joan, Joan y África, dragón y princesa, princesa y dragón, y esta princesa eternamente agradecida, sin vosotros no sería tan fácil. Ellos os saludan.
África poetisa, coincidimos en Madrid fue saludarnos y saber que la belleza de los poemas nos unía. Amistad en cruce de mensajes lanzados al mar, en botella de cristal transparente y nunca opaco, arribando a su destinataria sin miedo a derivar en el mar de la tecnología.
África Sánchez
Me cuentan que nací en un pequeño pueblo de la provincia de Lugo, ( Mondoñedo ) que crecí en otro cercano con el mar  acariciando mis amaneceres ( Foz ) y he decidido creérmelo, porque los sentidos y bellos recuerdos  hacen que tales acontecimientos sean mucho más que una certeza. Todo ha tenido comienzo en 1958.
Soy un ser humano en construcción y me llamo África Sánchez, amante de la literatura en todas sus formas y ladrona de versos desde niña, leía a escondidas pues no era leer nada de provecho, dicho popular, y tengo afición por muchas de esas cosas que, no son prácticas…me gustaban los poemas aunque muchos no los entendía, y precisamente por eso insistía en leerlos otra vez. ( Neruda, Lorca…) .Leer y escribir es aire en mi vida, libertad, alimento esencial y la mejor salvaguarda en momentos de sombra.
Aparte de algunos premios en el colegio, algún que otro certamen literario ganado en el instituto y un paso tardío por la universidad (UNED ), he tenido como complemento de profundo aprendizaje mi profesión, tripulante de cabina, azafata, algo que ha contribuido a enriquecer mi desmedida curiosidad por todo y me ha regalado experiencias únicas  durante treinta y cinco años.
Muchos poemas en manos amigas que quizás ni guarden y un solo libro editado,  “ POEMAS CONDICIONADOS” , hecho por y para una causa solidaria. Ningún proyecto que no sea lo que la vida me siga pidiendo, cualquier cosa menos que se me arruguen los versos, se me nuble la mirada con otra mirada limpia, o se termine mi  sutil coqueteo con los libros, casi mi primer pensamiento cada amanecer.
Como complemento, el deporte, la huida física al puntual bloqueo literario que tantas veces me gana la batalla, cuando el poema no dice, cuando el verso no baila.
Nada más soy, me sigo construyendo…verso a verso.
Sábanas
Me preguntan  por ti las sabanas blancas, las fundas de almohadas de colores,
la  luna resucitada, la desnudez de mi piel, la sequedad de mi boca,
me preguntan por ti, de la plaza, las palomas,
el perro de mi amiga Aurora,
mis manos frías,
el ardor de mi boca…
me preguntan por ti las sombras,
sólo puedo  guardar silencio, no tengo respuesta para tu ausencia.
Todas las miradas me preguntan
todas, mis ojos mienten celosos de la evidencia,
te cansan los mismos labios,
la misma entrega,
yo, te canso, por eso te vas, me dejas…
Las sabanas, ahora negras, siguen preguntando,
Yo, sigo en silencio y espero que oscurezca.
Vuelo de poemas, poesía, versos
África Sánchez, poetisa, sus versos nacen en proporción a los segundos, amiga admirada.

El mundo virtual consiguió que entre ondas magnéticas y milagros ciberespaciales, Joan y yo chocáramos para mirarnos a los ojos, y nacer una amistad a prueba de malentendidos, infortunios y desamores. Un dragón que se enfrenta desde su lengua de fuego a la realidad.
Joan Serra
Hola dragones y princesas. Me presento. Soy Joan Serra. De donde soy? Eso que mas da. Trabajo en el mundo de la educación y de forma temporal como programador cultural, que es lo que de veras me gusta. Cuando Dolors me pidió para colaborar en su blog no lo pensé dos veces en absoluto. Lo conocía y el ofrecimiento fue un honor y un deleite para mi. Me ha tocado ser dragón entre princesas y aquellos que me conocen saben que no me duele el papel de guardián de mazmorras, de malo de la película, de diablo en el Edén. Es mi sino y mi sitio. Nadar contracorriente. Siempre podré soportarlo si a mi lado tengo algo con que escribir unos versos, . que narrar una historia. De mi poca cosa mas. Leedme y espero que podáis disfrutar con mis palabras, y no dudéis que las mejores de ellas quedaran en el anonimato.
LOS IDUS DE MARZO
En los idus de marzo
construiré una carretera
con palabras.
Mojaré la pluma en el corazón,
negro asfalto como negra tinta,
que me permita lograrte.
Iniciaré un viaje,
desolado equilibrista,
andaré corazón descalzo
sobre alambre con espinos.
Dirigiré mis pasos
hacia ti, ciudad poblada
por fantasías vacuas.
Me habitarás como te habité
siempre incierta, herida.
Exiliado de todo, camino del vacío
lleno este espacio acotado
por la nada
que denominan vivir.
No pretendo hacerte paréntesis
de una vida. Llegado el momento
levantaré un poema con la muerte
como espejo, esto es así,
o cuando te enamores de mí.
No sé quién eres, tormento.
Vulnerable, desconozco tu nombre
y 800 mil palabras me rodean
con una sábana de silencio

Vuelo de poemas, poesía
Joan Serra un dragón con lengua de fuego para proteger las palabras

África Sánchez

VACIATE   DE…
Vacíate de aire, sí
vacíate por completo
la libertad que vas buscando
no se esconde en tus recuerdos.

Vacíate de lágrimas, sí
llora todos tus silencios
esos, que se enroscan en tus cabellos
encarcelando tus latidos.

Vacíate de sombras
y, devuelve al viento
el ardor de tu sufrimiento
busca, en un estallido de luz
la explosión de ti misma.
Tú eres tú,
Eres la vida
blog-dolors
En vacío hacia la luz

África Sánchez
PERDÍDA LA MIRADA  

Se me pierde la mirada
en cada entrada
del mar en mis entrañas,
ese mar que sabe a ti,
que amamanta tu recuerdo
con un mimo que no puedo
soportar,
ese destello fugaz
de la luz que regalabas
a mis momentos en sombra
tan fugaz y tan vital
ahora me falta,
el mar lo rememora
con sus brincos,
salpica mi soledad,
mis desvaríos
con crueldad.
Se me pierde la mirada
en ese abismo
en el que tus ojos se esconden
para ni ver, ni ser vistos,
detrás de la espuma
de un mar bravío
que no deja de invitarme
a un naufragio.
Se me pierde la mirada

perdida-la-mirada
El mar en mi mirada

África Sánchez
LENTAMENTE…

Me ibas dejando poco a poco
como las horas del día, lentamente,
buscaba yo en el minutero del reloj
una parada repentina,
la misma que frenara tus pasos
la misma que calmara mi agonía.
Buscaba huellas en el suelo
consuelo a mi dolor,
buscaba como nunca lo había hecho
sólo encontré el error,
el de no haberte buscado cada instante
de nuestra vida compartida,
cada amanecer, al albor de tu mirada,
buscarte en lo nuevo, beberte ilusionada,
asirte a lo más alto, agradecer tus palabras,
mecerte en la caricia, seguir tus carcajadas
un error, no haber sabido buscarte
en las sombras que acechaban detrás,
de esa mirada triste con la que me mirabas.
Ahora te busco,
te busco y ya te has ido,
el mundo ya no existe
y en ese no existir
buceo en el hastío.

lentamente
Lentamente…