Reseña: 8 CUENTOS PERDIDOS de Nina Peña

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Siempre se ha dicho que el buen perfume se guarda en un frasco pequeño. Como buena amante de fragancias ellas consiguen despertar mis sentidos, mis emociones, mis recuerdos y mis olvidos. De la misma manera leer este pequeño libro 8 CUENTOS PERDIDOS de Nina Peña ha estimulado mis sentidos para evocar recuerdos, envolverme de tristeza, abrazar la esperanza, llorar las ausencias, reír las presencias, perdonar el pasado, compadecer a los verdugos, aceptar el tiempo, bendecir el futuro, amar la Naturaleza. Y por encima de todo admirar la belleza de la prosa poética con la que Nina narra cada cuento. Es escuchar en cada palabra que se lee la dulzura de una voz decadente y nostálgica que acuna al lector en un estado onírico de imágenes de melancolía y de libertad.

Este pequeño libro por amplitud, es muy grande en palabras, 8 CUENTOS PERDIDOS son exactamente eso, cuentos creados por la autora para deleitar al lector desde un plano intimista a la luz de la luna. Todos ellos aunque con temáticas diferentes están cosidos por hilos de cadencia prosaica que consigue la admiración de la belleza que describen.

Así en el cuento titulado EL MAR, Nina no olvida al Chile libre que sufrió la amenaza del dictador Pinochet. Así la reconciliación con la Naturaleza de un país lleno de contrastes, del desierto al mar pasando por la selva pero como horizonte la libertad representado en la figura del mar. Hermanas andando los caminos del abandono del hogar familiar para conseguir una vida mejor en aquel Santiago bullicioso de jóvenes con impulsos de vivir la vida en todos sus aspectos, truncados estos anhelos por la ambición y arrogancia del conservadurismo de aquellos que se creyeron poseedores de una “verdad” basada en su ego y en verter la sangre de inocentes. Un cuento que no destila odio, sino todo lo contrario, ser memoria para las generaciones futuras de lo que no debe ser repetido, de la reconciliación y el perdón con aquellos verdugos, de la esperanza de un futuro en libertad.

“ Veíamos pasar el tiempo en medio de una quietud inquieta, asomándonos a la ventana donde no había nada que ver, suponiendo que alguna vez todo volvería a la normalidad y que no ocurriría nada, la vida continuaría y todo retornaría a su rutina y sus días plácidos,”

Un cuento salpicado por el lirismo de sus palabras, el realismo mágico de amores que perviven en la eternidad, la metáfora de la vejez física con la de un espíritu arrugado por los golpes de la vida, el dolor de los ausentes, los demonios del pasado y el frío del miedo. Y siempre el mar el lugar de reencuentro de toda una vida, el reencuentro de los amados.

Cuentos como LOS AMANTES DE QUINCE NOCHES el encuentro casual o quizá del destino donde la conexión entre dos desconocidos electriza la piel, la aventura romántica de dos extraños, dos náufragos, unidos por los silencios de la pena, la culpa, el miedo, la infidelidad, la frustración, la tristeza y la soledad; en sólo unos días y sus noches un “destino era encontrarse, amarse y despedirse”.

Pero sin lugar a dudas es LA ALCANTARILLA el relato que consiguió hacerme llorar, un cuento donde la realidad social actual es presente, el desamparo de niños y jóvenes, de mendigos que malviven en la calle donde el frío del invierno congela los espíritus y el calor del verano abrasa la vehemencia. El altruismo de personas de buen corazón, el amor en miradas de jóvenes distanciados por la superficialidad de una sociedad estigmatizadora, la violencia de los “protectores” de la comunidad. Una alcantarilla refugio de la tragedia de aquellos expulsados por la sociedad sin derecho a segundas oportunidades y una ventana punto de encuentro de la esperanza de una vida mejor, leer y soñar, volar con la imaginación. El recuerdo y el olvido que señala una vida y la inspiración en el momento adecuado para descubrir el amor callado y que: “El mundo a veces no da segundas oportunidades”

Cuentos como BORIQUÉN donde los anhelos de libertad incumplen promesas de amor, y el desamor quiebra una vida. Cuentos llenos de magia como LA CUENTACUENTOS donde no existe el tiempo ni el espacio con la esperanza del reencuentro eterno y aliviar la soledad de un alma errante. O EL VIEJO Y LA SIRENA un canto marino que se entona para despejar la tristeza y la soledad de la ausencia de la amada. Melodía musical que canta la libertad de un alma presa de un amor pasado, que cura el dolor del recuerdo y crea una simbiosis en notas musicales entre el músico callejero y la turista, que deambula por Madrid en ALFONSINA. Una tonada musical que consigue “saltar océanos” y el reencuentro personal. Y por último VOLVIENDO AL PASADO que personalmente me ha traído a mi memoria mi niñez y mi juventud.

Cuentos unidos por el mar, la lluvia y el sol, siempre presentes en todos ellos, como símbolos de los sentimientos y anhelos de los personajes. El lirismo de la prosa de Nina ensalza y embellece las palabras sin caer en la vacuidad de éstas. Realismo y magia a partes iguales para crear una atmósfera onírica donde hay cabida para los reencuentros, la reconciliación, el pasado y el amor.

Simplemente un pequeño perfume para aromatizar el cuerpo y la mente de dulces gotas de frutas exóticas, el aroma a calma del jazmín y la fuerza del sándalo. Nina Peña una autora con un futuro más que exitoso donde sentimientos, imaginación, realismo y denuncia social confluyen en su prosa.

“ Sabe Dios qué angustia
Te acompañó
Qué dolores viejos
Calló tu voz
Para recostarte
Arrullada en el canto
De las caracolas marinas
La canción que canta
En el fondo oscuro del mar
La caracola”

Alfonsina y el mar. Mercedes Sosa