La Princesa Yasevé

Blog Literario, desde el rincón de los olvidos

jueves, 19 de enero de 2017

Errores

ERRORES

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 “Un clavo saca a otro clavo”, eso dicen, y los refranes parecen ser que son afirmaciones de la realidad. Te enamoras, vives con pasión ese amor, y un día, después de transitar un Guadiana de amor y pasión, pones fin o te ponen fin. Se inicia un divagar entre seguir creyendo en el amor o bien, renegando a él, lanzándote a la conquista, más por sentirte bella y sensual, seductora para atraer a otra persona que por la necesidad de besos y arrumacos.
Y llega el primer clavo, un furtivo “novio” a quien dices “amar”, le ríes las gracias, aguantas su “mala educación” e incluso piensas que el sexo con él es el mejor que has tenido en la vida. Te dejas querer en un estado de ingravidez, reposas en nubes de algodón, seduces y te dejas seducir, vives unos meses intensos, entras y sales, la adrenalina te mantiene en estado de ofuscación continua. Y un día te despiertas, miras a tu lado y te preguntas ¿qué carajo haces engañándote? Primer error.
“Un clavo saca otro clavo” vuelves a las andadas. El novio furtivo huye como perro apaleado, escarmentado de amar a una insegura y maltrecha mujer, con un pasado que pesa demasiado, arrastrando dolor en un corazón sin cicatrizar. Simplemente no es el momento. Falta acabar de digerir tu soledad, buscada o no, pero al final de todo tuya. Y aparece el embaucador, encantador de serpientes, regalándote todo aquello que quiere tu subconsciente escuchar. Te promete la luna, que bella eres, en mí tendrás amor eterno…y así hasta que por las orejas te salen humo. Te lo crees, porque quieres creer que por fin éste será el definitivo, Y ¡qué bien habla! Y ¡qué bueno está! Te engatusa y caes rendida. Te dejas querer…Pero, claro no todo es perfecto, una mañana vía watsshapp tu amante perfecto te dice: — Necesito tiempo y distancia en nuestra relación, eres maravillosa, pero me siento presionado –
Al final aceptas sus palabras, admites y entiendes su decisión, lloras, lloras y más lloros. No podía ser todo tan perfecto. Y te enteras que ya ha conquistado a otra ilusa como tú. Segundo error intentar querer a un playboy. Te das con los cantos en el suelo.
Te levantas del suelo, no queda más remedio, por que de amor nadie muere, aunque vendan lo contrario desde Hollywood. Te mantienes firme en tu última reflexión sobre tu vida amatoria. “Nada de precipitarse, no necesitas a nadie más que a ti misma…” y frases roídas y carcomidas por Paulo Coelho. Pasan los días y “un clavo saca otro clavo” caes en las redes de las redes sociales. Nunca mejor dicho. Mira que llega ser aburrido y pesado contestar a esos solitarios como tú unos, otros deseosos de un amor de por vida, o simplemente los ávidos de un rato de cibersexo. Y tercer error.
Y como en el juego de la oca, transitas por el tablero de la vida de error en error. Y tiro porque me toca.
Por suerte siempre existe esa persona presente en tu vida, que te da una lección de humildad, una lección de respeto hacía una misma, una lección de autoestima y confianza. ¡Eureka! ¿Quién mejor te va a querer que tú?
“Un clavo saca otro clavo” No es cierto, te calmas después de tanto jugar y perder, miras a tu alrededor y aquél a quien no veías, lo observas un poco más. Y descubres: — es él, ese amante que deseo, es él con quien deseo reír, es él a quien quiero querer —Mas llegas tarde. Error tras error se acumulan en el bolso que cuelga de tu hombro, y ése que tienes delante de ti, a quien con una mirada le dices todo lo que le amas, ya no te ve. Solo  ve tus errores.
“Un clavo saca otro clavo” errores de vida que te arrastran a la profundidad del océano de la incomprensión de unos, del desprecio de otros, del juicio de todos. Y ¿qué saben de ti? ¿Quiénes se creen, para juzgarte, despreciarte o ignorarte?
Tú solo buscas la felicidad, una felicidad donde el amor es el motor de tu existencia, mueve tu corazón y te impulsa como el aire a las mariposas a volar hacía el infinito.
Y miras con calma, una vez te has perdonado de tus errores, con serenidad, y desde la paz de una playa virgen y no descubierta por el turismo de masa, a ése que ante ti te habla sin escucharle ni contestarle porque son tus hijos los charlatanes de amor. Él no te ve, ni siente lo mismo, pero ya has decidido que “un clavo no saca otro clavo” no más errores, y dejas que fluya el tiempo, el espacio y que sea lo que ¿Dios? o el destino quiera.
“Un clavo no saca otro clavo” es un espejismo en el desierto de tu vida.

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