PENSÉ de Beátriz Cáceres
Desde que abrí este blog he tenido mucha suerte, por el camino han ido apareciendo “ángeles” que han guiado y guían mi camino. Mi mayor “ángel”, sin desmerecer a los demás es Beátriz Cáceres, una gran escritora y mejor poeta. Desde el primer momento que contactamos para que le hiciese la reseña de El Secreto de la Sombra: El arcano, vía Fernando Cotta, mi otro “ángel”, apareció una conexión mental y emocional entre ambas que ha ido creciendo con el tiempo. Compartimos el amor por las palabras, la belleza en una brizna, la risa de nuestras conversaciones, nuestra admiración la una por la otra. Pero además la amiga que te llama, cuando más lo necesitas, la que te motiva para no rendirte, la que siempre está a tu lado. Es la “verdadera amiga” que entiende tus momentos, respeta tus ausencias, te da la mano cuando la demandas. ¿ Qué puedo decir más ? Simplemente que la lean como contadora de historias o como poeta, disfruten de su sensibilidad, de la belleza de sus versos, de su prosa.
Mi mayor honor, placer, amistad, amor por Beátriz me lo concede cediéndome sus versos para que Tú que te pasas por este humilde blog, puedas vivirla, sentirla, deleitarse, digerirla. amarla.
Ya sabes cuánta admiración, respeto, y amor sier.nto por ti. Porque muchos no saben que tras las redes sociales, también se forjan “amistades reales” intensas y eternas.
GRACIAS queridísima amiga.
Este poema, aparece en su blog, EL PLACER DE DIVAGAR, a que te invito que te pasees y te dejes llevar.
XIII.
He amanecido
siendo ese sentido
de abismo de las cosas.
Pensé…
Que era ese momento
de brizna,
que despierta sacudiendo
las gotas de rocío,
amando este suelo,
esta tierra,
que amarra mis raíces.
(Las enlaza, si).
Pero no soy brizna,
sino rama…
El bosque tiene
un canto oculto,
poseedor de voces huecas,
como coro inerte,
como lejana ausencia.
Y alza su voz…
para que mis oídos
hilen su mensaje
directo a mi corazón.
Susurra…
“Ella…
en ese párrafo
se desvaneció en las sombras,
se dejó morir vencida…”
¿Morir?
Nada más lejos.
Vida al fin.
Muerte rota.
No estoy seca.
El amor es
esa gota de vida,
es incandescente savia.
Es cierto…
que la noche clavó
sus picos de luna en mi carne,
como un amor callado.
Es cierto…
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