Reseña: YO SOY LULÚ, ¿Y TÚ? de Antonio Montero
“No he sabido cambiar mi destino”
Cuando CVC Ediciones me hizo llegar este libro tuve muchos reparos y contradicciones. En primer lugar por el autor, ya que se trata de un conocido paparazzi y periodista de la prensa rosa, como siempre sin querer ni pretenderlo, los prejuicios llegan a la mente de las personas, así que antes de ponerme a leer debo vaciar y limpiar mi mente ante un nuevo reto literario. Así lo hice y me puse manos a la obra. No sólo fue el autor el que me puso en alerta ante dicha lectura sino su título y la temática.
Vacía y limpia la mente me he encontrado ante un libro que quiere ser un ejemplo a no seguir por muchos jóvenes que buscan una vida rápida y fácil llena de los lujos y superficialidad actual. Pero más a más un libro de denuncia social sobre los malos tratos infantil y la violencia de género.
YO SOY LULÚ es la historia de Samira, una mujer que en su edad adulta y ya madre, se para a reflexionar sobre su vida y los errores cometidos. Reflexiones que realiza mientras contempla a su hijo jugar en un parque, y como su infancia fue arrebatada. Una niñez marcada por los malos tratos familiares, de sus padres, de sus hermanos, que no sólo eran físicos sino psicológicos con vejaciones, humillaciones e insultos en Fez, Marruecos, cuya forma de entender la vida y su cultura, la musulmana, resulta en ocasiones incomprensible a los “occidentales” y/o europeos. “ un país dónde está mal visto que la gente se bese por la calle, dónde las mujeres deben someterse por completo a la voluntad de los hombres” Pero no sólo maltrato infantil sino abuso sexual. A los 12 años fue vendida para casarla con un príncipe árabe y formar parte de su harén. “Mi propia madre me llamaba keiba, algo así como putita”.
Se inicia así un devenir por una vida donde el sexo y el maltrato forma parte de su existencia como algo rutinario y cotidiano. Así Samira, más tarde Lulú y en algún otro momento Jasmin , nos relata un mundo de prostíbulos, “chulos” y clientes que buscan en ella el placer. Vida a la que Samira accede y acepta porque encuentra el valor de su cuerpo como moneda de cambio para vivir como ella desea, sin privaciones y lujo. Y aunque intenta justificarse en su falta de infancia, ella en las ocasiones que tuvo oportunidad para cambiar de vida, se resiste pues no acepta que “no es más feliz quien más tiene, sino el que menos necesita”.
Escrito en primera persona, su narrativa no respeta un orden cronológico, insertando pasado y presente con cierta confusión. En algunos momentos se dispersa su narración entre los momentos a que hace referencia. Un lenguaje sencillo y cotidiano, nada vulgar sin violencia en las descripciones, consiguiendo que el lector con prejuicios se sienta cómodo en su lectura.
La pretensión del autor es dejar patente la vida de una prostituta, según la leyenda urbana y no tanto “la profesión más antigua del mundo “ pues fue, es y será, seguramente, la forma más rápida de ganarse la vida. Me niego a aceptar que sea la más fácil, pues para una mujer “vender su cuerpo” es renunciar a tu propia existencia. No sólo por las secuelas físicas si no por el abismo emocional, como Lulú o Samira relata caen estas mujeres. Pues ser “puta” implica la violencia física de extraños y un “universo” de delincuencia, drogas, trata de mujeres, y como no, también de lujo, de personalidades que no dejan de ser “bárbaros” no existen diferencias de clases sociales en este tema, para las más afortunadas, pero, un sueño que se derrama como el agua entre los dedos.
Sin olvidar que Antonio Montero se mueve en círculos de la “jet set” o la gente VIP de este país al lector más avispado no le costará buscar o identificar a ciertos personajes y lugares.
“He vivido rodeada de lujos y fantasías que sólo eran envoltorios para la mentira, la traición y la infidelidad”
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