RECUERDOS DE VERANO
Languidece el estío en la tarde fresca por la brisa del incipiente otoño que espera en la puerta, para entrar de poquito a poquito instalando sus aperos de naranjas y hojas muertas, como los recuerdos de tus palabras en mi corazón roto.
Contemplo el atardecer que engrandece un día aciago en rutinas mañaneras y mediodías de prisas, es este instante donde romper los ojos en lágrimas de desamor, y pasear rápido por la memoria para no herir más esta mente que no aparta tu presencia. Días de verano de sol ardiente que crepitaba en nuestros cuerpos abrasados por la pasión. Paseos a la orilla del mar, desnudas nuestras almas, mientras nuestros pies enlazados con la arena dorada, anillo de compromiso hasta que la muerte nos separe. Noches de bailes a la luz de luna con dos copas de más, chispeando mis encantos y seductora, cautivo tus sentidos para perderte en las curvas de mi cuerpo en las aguas del mar que nos acoge.
Y sedienta de besos, ahora veo despedirse el sol, y deseo arrancar de mi memoria los días de verano, cuando las risas inundaban las horas y el bronceador nos acariciaba la piel curtida por la noche pasada de encantos sensuales. Embriagados de amor sesteábamos en las toallas que cobijaban nuestras figuras encadenadas por dedos juguetones. Perdíamos los minutos en miradas de palabras mudas que gritaban el deseo de piel con piel.
Languidece el verano y tu recuerdo, mientras la luna se presenta a mis pies para dar la bienvenida a ese sueño que entela mis noches como esta niebla que se eleva de la tierra mojada a besar el cielo enredando las mentiras de promesas incumplidas. En duermevela como el otoño con los efluvios de las hojas muertas, tu aroma unce cada pliegue de mi mente pensándote cuando te amaba y a la vez te alejabas. Ya sabías que solo era un amor con fecha de caducidad, mas permitiste mi enamoramiento creciera a cada segundo.
Decae el verano y la tarde, sigo oteando el horizonte, tu sombra se perdió el 28 de agosto, tormenta de verano arreció cuando tu beso de Judas me dijo adiós. Te vi partir mas nunca más he sabido de ti. Evoco tu piel tostada en la última noche de desenfreno, me cegó la lujuria y tu cuerpo subiendo y bajando por las laderas de mis montes. Retoces en la playa caracolas del sexo que esconden placeres muy adentro.
Es la quietud de este anochecer que calma tanto dolor que mengua en la fragua del tiempo, de la misma manera el otoño encoge el fuego del verano para dar paso a la fría brisa que arrecia los cuerpos y airea las almas.
Se apura el verano y me desespero por saberte perdido como hoja del calendario venidero
Languidece el verano y tu recuerdo.
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